La percepción popular es que el despliegue de la 5G en Europa se ha ralentizado por las disputas geopolíticas, la fragmentación de los mercados nacionales, los retrasos en las subastas de espectro y los sobrecargados balances de muchas de las empresas de telecomunicaciones de la región. Hay mucho de cierto en todo esto. Sin embargo, la imagen generada por esta encuesta sugiere que, en la transición a la 5G, Europa no va ni a la cabeza ni a la zaga. Al menos en términos de despliegues en el mundo real, los ORM de la región se sitúan actualmente en el centro del espectro.
Descargue el informe de analistas de IDG: la situación del 5G en 2021, edición europea