Todas las encuestas sobre IA generativa, incluida la nuestra, apuntan a una conclusión ineludible: la inmadurez de los datos va a impedir que se aproveche plenamente el potencial de la IA generativa.
Cuando preguntamos sobre los desafíos para la adopción de IA, la principal respuesta del 56 % de los encuestados fue "inmadurez de los datos".
Una mirada rápida a la industria valida que la inmadurez de los datos es un obstáculo serio en el camino de la adopción de la IA.
Existe consenso en la industria respecto de que la inmadurez de los datos está impactando negativamente los esfuerzos en IA.
La inmadurez de los datos, en el contexto de la IA, se refiere a las prácticas de datos subdesarrolladas o inadecuadas de una organización, que limitan su capacidad para aprovechar la IA de manera eficaz. Abarca cuestiones relacionadas con la calidad de los datos, la accesibilidad, la gobernanza y la infraestructura como:
La inmadurez de los datos impide que las organizaciones aprovechen todo el potencial de la IA, porque los datos de alta calidad, bien gestionados y accesibles son fundamentales para desarrollar sistemas de IA fiables y eficaces. Las organizaciones que buscan superar la inmadurez de los datos a menudo comienzan por desarrollar una estrategia de datos, implementar políticas de gobernanza de datos, invertir en infraestructura de datos y mejorar la alfabetización de datos en todos los equipos.
Pasamos por todo eso para llegar al verdadero punto de esta publicación: la inmadurez de los datos es un obstáculo para la adopción de la IA. La adopción ya se está desacelerando porque las organizaciones, en su mayoría, ya han elegido las opciones más fáciles de usar en materia de IA generativa (chatbots, asistentes, copilotos) y se están topando con problemas de inmadurez de datos a medida que intentan avanzar hacia casos de uso más valiosos, como la automatización del flujo de trabajo. Las organizaciones que no prioricen la madurez de los datos tendrán dificultades para desbloquear estas capacidades de IA más avanzadas.
La inmadurez de los datos conduce a una falta de confianza en el análisis y la previsibilidad de la ejecución. Esto pone freno a cualquier plan de aprovechar la IA de una manera más autónoma, ya sea para la automatización de procesos comerciales o operativos. Un estudio de 2023 realizado por MIT Sloan Management Review destaca que las organizaciones con prácticas de gestión de datos maduras tienen un 60 % más de probabilidades de tener éxito en la automatización del flujo de trabajo que aquellas con prácticas de datos inmaduras. La inmadurez de los datos limita la precisión predictiva y la confiabilidad de la IA, que son cruciales para las funciones autónomas donde las decisiones se toman sin intervención humana.
Las organizaciones deben —y ese es el RFC DEBEN— poner en orden sus centros de datos antes de poder aprovechar realmente el potencial de la IA para optimizar los flujos de trabajo y liberar tiempo valioso para que los humanos se concentren en la estrategia y el diseño, tareas para las que la mayoría de las IA aún no están bien preparadas.
Abordar la inmadurez de los datos es crucial para habilitar capacidades de IA avanzadas. Los pasos clave incluyen:
Al adoptar estas prácticas, las organizaciones pueden establecer una base de datos sólida para la IA, lo que conduce a flujos de trabajo optimizados, menores riesgos y más tiempo para tareas estratégicas.
La madurez de los datos no es solo una necesidad técnica; es una ventaja estratégica que permite a las organizaciones aprovechar al máximo el potencial de la IA. Al superar la inmadurez de los datos, las organizaciones pueden pasar de aplicações básicas de IA a casos de uso más transformadores y de mayor valor, lo que las posiciona para el éxito a largo plazo en un futuro impulsado por la IA.
Para obtener más información, consulte nuestro Informe del índice de madurez empresarial digital 2024 .