Las API conectan aplicaciones diferentes, permitiendo que se comuniquen y compartan datos con otras aplicaciones, servicios y plataformas. Te facilitan integrar tu organización con plataformas externas y servicios de terceros, creando soluciones completas al vincular varios componentes. Las API son esenciales en las infraestructuras digitales modernas, porque unen aplicaciones y datos en entornos distribuidos.
Por ejemplo, una aplicación web de servicios de viajes te permite reservar vuelos y hoteles, alquilar coches y consultar temperaturas y pronósticos del tiempo en el destino. Sin embargo, la aplicación de viajes no almacena todos estos datos de vuelos, clima y alquiler. En lugar de eso, la aplicación solicita información en tiempo real y actualizada continuamente mediante APIs publicadas por aerolíneas, agencias de alquiler y proveedores meteorológicos. La aplicación muestra esos datos para que interactúes con ellos sin gestionarlos ni almacenarlos internamente, lo que le permite ofrecerte un abanico de opciones mucho más completo de forma fluida.
Este blog analiza por qué las APIs son ya populares e imprescindibles en el desarrollo moderno de aplicaciones web, y aborda los retos y riesgos de seguridad que suponen, así como las vulnerabilidades más comunes. También te ofrece recomendaciones sobre las estrategias más eficaces para proteger tus APIs.
Para comprender por qué las APIs son vitales en el desarrollo moderno de aplicaciones, ayuda comparar cómo se construían antes frente a cómo se diseñan ahora. Las aplicaciones web tradicionales solían ser monolíticas, formadas por miles de líneas de código cerrado y entrelazado, conocido como "código espagueti". Cualquier actualización o cambio en la aplicación obliga a modificar grandes porciones del código, lo que ralentiza el desarrollo, lo hace complejo y aumenta la probabilidad de errores.
Por el contrario, las aplicaciones web modernas se componen habitualmente de componentes modulares e independientes—o microservicios—que se comunican entre sí y/o con un front-end de aplicación, ya sea web o móvil, a través de APIs. Puedes desarrollar, desplegar y escalar cada componente por separado, y aprovechar servicios existentes de equipos internos o proveedores externos en lugar de tener que crear todo desde cero. Las APIs facilitan y aceleran los ciclos de desarrollo al crear aplicaciones, permitiéndote iterar más rápido según el feedback de los usuarios, integrar servicios de terceros y producir aplicaciones más escalables y fáciles de gestionar.
Las APIs son tan esenciales para el desarrollo moderno de aplicaciones que cada vez más organizaciones adoptan un enfoque API-first, comenzando el diseño de las aplicaciones por la API. Esto ha provocado una proliferación de APIs: La organización promedio gestiona ahora más de 400 APIs dentro de su infraestructura digital, mientras que el 68% de las organizaciones usa APIs para gestionar la entrega y la seguridad de las aplicaciones.
Sin embargo, la omnipresencia de las API aumenta los riesgos de seguridad al ampliar la superficie de ataque de una organización, convirtiéndolas en un objetivo prioritario para los hackers. Revelan la lógica crítica del negocio y, frecuentemente, información sensible (a veces intencionadamente, pero muchas veces sin querer), como credenciales de usuario, información personal identificable (PII), datos financieros, credenciales de autenticación y operaciones comerciales como el procesamiento de pagos.
Además, las API no suelen estar bien gestionadas. Aunque la seguridad de las API es clave en la estrategia de seguridad de aplicaciones de cualquier organización, muchos equipos de seguridad carecen de visibilidad y control total sobre el creciente número de API. Esto provoca una mala gestión del inventario de API y la existencia de API “fantasma” o antiguas y obsoletas que se despliegan sin documentación ni gestión, facilitando a los atacantes puntos de acceso fáciles. Según el Informe del Estado de la Estrategia de Aplicación F5 2025, el 58 % de las organizaciones señalan la proliferación de API como un problema relevante.
Además, muchas organizaciones dependen de herramientas insuficientes para proteger sus API. Aunque los gateways de API y los firewalls de aplicaciones web (WAF) son fundamentales para gestionar y proteger el tráfico de API, no bastan por sí solos para cubrir todos los riesgos de seguridad de las API, especialmente en los entornos modernos, complejos y distribuidos.
Los riesgos de seguridad de las API van más allá de las amenazas técnicas a la infraestructura digital: tienen importantes consecuencias para el negocio también. Los ataques a las API pueden causarte pérdidas financieras por costes de contener la brecha, acciones legales, multas regulatorias o pérdidas directas por uso excesivo de servicios de pago, fraude o robo. Las interrupciones operativas también suponen un riesgo, ya que los ataques pueden degradar o dejar fuera de servicio aplicaciones completas o atacar servicios esenciales, afectando negativamente tu experiencia de usuario y generando alertas de emergencia para los equipos de seguridad y operaciones. La exposición de datos sensibles de usuarios o problemas continuos de rendimiento por abuso de la API pueden minar la confianza de los clientes y producir un daño reputacional duradero.
Las siete vulnerabilidades de seguridad de API más frecuentes son las siguientes:
1. Autenticación y autorización. Cuatro de los 10 riesgos de seguridad API según OWASP implican vulnerabilidades en autenticación y autorización, como la autorización a nivel de objeto rota, la autenticación rota, la autorización a nivel de propiedad del objeto rota, y la autorización a nivel funcional rota.
El riesgo que suponen estas amenazas proviene de atacantes que suplantan a usuarios legítimos para manipular referencias a objetos o ejecutar funciones maliciosas que modifican o permiten acceder a información confidencial. Para proteger tus sistemas frente a estas vulnerabilidades, aplica mecanismos sólidos de autenticación y autorización, como OAuth o JSON web token (JWT), junto con controles de acceso adecuados.
2. Acceso sin restricciones a los procesos empresariales.
El riesgo de estos ataques surge cuando los atacantes aprovechan flujos de negocio legítimos con fines maliciosos. Protegerse contra estos ataques resulta difícil, ya que pueden parecer legítimos y no derivan de errores de configuración. Para detectar estos ataques, utiliza análisis conductuales que identifiquen patrones automatizados, como acceder a varias funciones más rápido que un usuario humano, o implementa protección en tiempo real que entienda y siga los flujos de lógica del negocio.
3.Ataques de inyección. Estos Las vulnerabilidades surgen cuando los atacantes envían datos o comandos maliciosos como parte de una solicitud de API, con el objetivo de manipular cómo el sistema backend procesa esa entrada. Los ataques de inyección más comunes incluyen inyección SQL , secuencias de comandos entre sitios o falsificación de solicitud del lado del servidor (SSRF) .
Los ataques de inyección representan un riesgo considerable porque permiten manipular las APIs para que envíen datos maliciosos a servicios backend, como bases de datos, motores de búsqueda o comandos del sistema operativo, que podrían interpretar esos datos como instrucciones válidas. Esto puede causar brechas de datos, accesos no autorizados o la ejecución involuntaria de funciones. Para reducir este peligro, debes aplicar prácticas rigurosas de validación y sanitización de datos, asegurando que las APIs procesen únicamente información segura, esperada y con el formato adecuado.
4. Consumo ilimitado de recursos. Sucede cuando una serie de solicitudes API sobrecarga recursos como el ancho de banda de la red, la CPU, la memoria o el almacenamiento. Estos ataques, también conocidos como agotamiento de recursos, pueden provocar una denegación de servicio (DoS), que reduce el rendimiento o la disponibilidad de la API o del sistema, causando interrupciones.
Estos ataques pueden afectar gravemente tus operaciones, al dejar fuera de servicio servicios críticos o una aplicación completa, y pueden generar costes operativos y de infraestructura elevados, especialmente cuando los servicios API se facturan por solicitud. Para reducir estos riesgos, te recomendamos implementar limitación de velocidad para controlar el volumen de solicitudes API en intervalos de tiempo definidos, aplicar límites máximos en el tamaño de los parámetros de solicitud y cargas de archivos, y establecer topes de gasto en servicios API de pago por uso.
5. Mala configuración de seguridad. Los atacantes buscan fallos sin parchear, servicios con configuraciones predeterminadas inseguras o archivos y directorios sin protección para acceder sin autorización a las API. Estos ataques ocurren cuando controles de seguridad como Transport Layer Security (TLS) o las políticas de uso compartido de recursos entre orígenes (CORS) se implementan de forma incorrecta, no se aplican o se activan funciones innecesarias.
El riesgo está en que los atacantes usan herramientas automatizadas para detectar y aprovechar configuraciones erróneas comunes, accediendo potencialmente a servicios y datos sensibles. Este riesgo crece a medida que las arquitecturas modernas se distribuyen y descentralizan cada vez más en entornos multinube. Para protegerse frente a estas amenazas, debe incluir la seguridad en todo el ciclo de vida del desarrollo de APIs y aplicar políticas de seguridad estrictas, incluido el cifrado TLS. También conviene emplear herramientas de pruebas de seguridad automatizadas y hacer auditorías regulares de seguridad en las APIs para detectar y corregir vulnerabilidades de manera proactiva.
6. Gestión inadecuada del inventario. Sucede cuando una organización no tiene visibilidad completa de sus activos API o no los mantiene actualizados. Las API evolucionan y se actualizan con el tiempo, pero las versiones obsoletas o inseguras pueden seguir en producción. Además, los endpoints antiguos pueden estar operando sin parches o con medidas de seguridad débiles, aumentando el riesgo de ataques y explotaciones.
La falta de una gestión adecuada del inventario de API supone un riesgo, ya que los hackers pueden aprovechar versiones antiguas sin parchear o APIs ocultas sin la protección correcta. Para protegerte frente a estos riesgos, debes mantener un inventario actualizado de todos los endpoints de API, revisar y retirar regularmente las APIs sin uso, y asegurarte de que todas estén parcheadas y actualizadas con la supervisión y controles de seguridad adecuados.
7. Consumo inseguro de APIs. Los desarrolladores confían frecuentemente en los datos obtenidos de APIs de terceros, especialmente cuando provienen de organizaciones consolidadas. Por ello, suelen aplicar medidas de seguridad menos rigurosas, como validar entradas, sanitizar datos o proteger la capa de transporte, asumiendo que esos datos son seguros por naturaleza. Este enfoque puede generar vulnerabilidades importantes si la API externa se compromete o actúa de forma inesperada.
Confiar en la seguridad de las API de terceros integradas conlleva un riesgo importante. Los atacantes pueden identificar estas dependencias y aprovechar las protecciones débiles de las API para enviar solicitudes maliciosas, lo que podría provocar redirecciones no autorizadas, interceptación de datos, escuchas ilegales o acceso a información confidencial. Para reducir estas amenazas, debes comunicarte siempre con servicios externos mediante canales cifrados, validar y sanitizar minuciosamente todos los datos entrantes y salientes, evitar seguir redirecciones de URL sin comprobar y aplicar límites estrictos en el alcance y la frecuencia de las interacciones con servicios externos.
Sigue estas mejores prácticas para implementar una seguridad sólida en API:
Para obtener pautas prácticas que te ayuden a asegurar tus API, consulta nuestra entrada de blog, Lista de verificación de seguridad para API, donde encontrarás más consejos.